En un artículo anterior revisamos cómo los datos pueden frenar la incertidumbre en la industria marítima, apreciación realizada a partir del análisis de los investigadores de UNCTAD Jan Hoffmann, Hassiba Benamara, Daniel Hopp, y Luisa Rodríguez. En el mismo informe, los analistas detallan que los conocimientos generados por los datos sobre los movimientos físicos de los buques y la actividad portuaria pueden ser más perspicaces que las conclusiones derivadas de indicadores nominales más inestables como lo pueden ser las tarifas y los fletes.
Lo anterior, de acuerdo con los analistas, no significa que las tarifas no deban utilizarse para hacer previsiones o pronósticos de las tendencias económicas. Más bien es un llamado a seleccionar cuidadosamente los indicadores para analizar la industria y, al mismo tiempo, a considerar otros que puedan medir las tendencias de la actividad naviera.
Por ejemplo, para el transporte marítimo de graneles, como el mineral de hierro o el carbón, se utiliza como indicador principal el Baltic Dry Index (BDI). Sin embargo, este índice no sólo refleja los cambios en la demanda de los commodities, sino también muestra los cambios en la oferta de capacidad de transporte marítimo, lo que reduce su utilidad como indicador sobre las tendencias del sector industrial.
Por otra parte, exponen, el Índice de Carga en Contenedores de Shanghai (SCFI) refleja un aumento de un 44% entre mediados de abril y fines de agosto de 2020, pero no a causa del aumento de la demanda, sino de la estricta gestión de la capacidad de los buques por parte de las líneas navieras.
Entretanto, los fletes de los petroleros se dispararon a principios de año, debido al exceso de oferta de petróleo crudo y, pero en ocasiones, también lo han hecho en respuesta a los precios negativos del crudo. Es así como, explican, los traders necesitaron desesperadamente tanqueros para el almacenamiento, utilizándose a principios de este año cuatro veces más tanqueros para dicho fin en comparación con los ocurrido a mediados de 2019.
Una perspectiva cautelosamente optimista
Al dirigir la mirada sobre el desempeño de la industria marítima, los analistas realzan que, a pesar de los numerosos desafíos, el sector ha sido capaz en general de capear la tormenta causada por la pandemia de coronavirus (Covid-19). De hecho, señalan que la industria logró continuar las operaciones y asegurar la entrega de bienes esenciales, manteniendo al mismo tiempo la rentabilidad. La estricta gestión de la capacidad aseguró que las tarifas de flete se mantuvieran estables o incluso aumentaran durante la crisis, lo que llevó a muchas navieras a esperar que el año 2020 fuera un año rentable.
No obstante, lo anterior lo analistas plantean que deben vigilarse las consecuencias- para los expedidores y el comercio- de los continuos recortes de la capacidad de los buques, a fin de garantizar que la actual concentración del mercado del transporte marítimo de línea y las estrategias de las Alianzas apoyen una recuperación sostenible del sector.
Agregan que los datos sobre recaladas y cronogramas de buques parecen indicar que hay un repunte de la actividad naviera desde el tercer trimestre de 2020. Los resultados preliminares del informe de la UNCTAD sobre el comercio mundial de bienes muestran una evolución similar, estimando fuertes descensos durante el segundo trimestre y previendo una recuperación parcial en el tercero.
Según el informe, se prevé que el transporte marítimo mundial, incluido contenedores, disminuirá anualmente en todo el año 2020, en consonancia con la disminución prevista de la producción económica mundial y del comercio de bienes. Entretanto, los datos de los principales indicadores, como los movimientos de los buques, las recaladas en los puertos y los cronogramas de capacidad de transporte marítimo de línea, sugieren que en el cuarto trimestre de 2020 se pueden esperar pronósticos más optimistas. La continuación de las tendencias positivas depende, sin embargo, de muchos factores, entre ellos la trayectoria de la pandemia coronavirus (Covid-19), la eficacia de los esfuerzos de contención de la pandemia y las medidas de apoyo a la recuperación.
La mirada de la UNCTAD
Los analistas señalan finalmente que la UNCTAD apoya la formulación de políticas y decisiones en materia de transporte marítimo con conocimiento de causa y basados en datos concretos. Por ello el organismo resalta que dispone para la industria de estadísticas online con el registro de recaladas portuarias, el tiempo de permanencia de los buques en los puertos, la conectividad del transporte marítimo de línea y el tráfico portuario de contenedores, además de los perfiles de los países marítimos
También destacan su Nowcasts sobre el comercio y el crecimiento económico que incluyen una serie de indicadores marítimos, que proporcionan información oportuna sobre las últimas tendencias. Además, su proyecto barómetro económico que se basará ampliamente en los indicadores del comercio marítimo existentes para aprovechar su oportunidad y frecuencia, en particular los datos del AIS, el cual servirá como un «sistema de alerta temprana» sobre la trayectoria de los ciclos económicos.
Por último, la UNCTAD ha centrado su atención en crear capacidad para mejorar la gestión de riesgos y «construir mejor» un mundo posterior a la COVID-19. Es así como en la esfera del transporte marítimo, busca ayudar a evaluar los efectos de la pandemia en la cadena de suministro marítimo y a formular medidas de respuesta adecuadas.
FUENTE: MundoMarítimo