Aunque poco a poco las medidas restrictivas para evitar la propagación del COVID-19 en Ecuador con el paso de las semanas son menos rigurosas, eso no significa que debe relajarse y bajar la guardia principalmente en la alimentación.

“El sistema inmune requiere de una combinación de nutrientes para funcionar adecuadamente… Los nutrientes se dividen en dos categorías: los que nos dan energía, llamados macronutrientes, y los que regulan nuestros procesos internos o micronutrientes. Para que nuestras defensas se mantengan adecuadamente es necesario un equilibrio de ambos”, explica Ana María Vaca, nutricionista y educadora.

En tanto que Paola Vera, ingeniera en alimentos y académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Valparaíso, sugiere consumir alimentos que se puedan congelar. “Nos pueden durar hasta tres meses, porque al realizar esta acción se detienen procesos biológicos y químicos del alimento, y con eso se retarda su descomposición”, dice Vera, según el portal www.t13.cl/.

Es que una buena alimentación se basa en muchos factores, además de lo mencionado por Vaca y Vera, en la conservación de los diferentes productos para que no se dañen. Algunos probablemente se pueden conservar al ambiente porque su empaque así lo permite. “Todos los días en todo el mundo se consumen miles de millones de litros de agua, leche, jugo y otras bebidas líquidas. Desarrollamos una variedad de envases para proteger tanto el valor nutricional como el sabor de los productos que contienen”, dice Luis Santamaría, gerente general de Tetra Pak® Ecuador.

Vaca indica que a sus pacientes les enseña sobre la conservación de los alimentos según la siguiente pregunta: ¿Qué pasará con este alimento en dos días? Según su respuesta, ha dividido los alimentos en cuatro categorías. La primera, alimentos que se pueden conservar en temperatura ambiente y sin ser envasados. Aguacates, manzanas, plátanos, naranjas, papas, ciertos tipos de cebolla, entre otros. “Probablemente se maduren un poco o se mantengan casi iguales en temperatura ambiente”.

Dos. Alimentos secos que se pueden guardar en un envase en un lugar fresco y seco. Granos secos, fréjol, lenteja, garbanzo, arroz, avena, quinua, harina, cereales, fideos, pasas, nueces, etc. “Estos alimentos no requieren refrigeración, sin embargo, si se dejan a temperatura ambiente y en contacto con el aire y la humedad pueden llenarse de moho o perder sus cualidades y sabor”.

Tres. Alimentos que requieren refrigeración. Lácteos, bebidas que hayan sido abiertas, moras, fresas, lechuga, zuquini, etc. “En caso de que no sean refrigerados, desarrollarán mal olor, empezarán a incubar microorganismos dañinos para la salud y podrían atraer insectos”.

Cuatro. Alimentos que requieren congelación. Los previamente congelados y los que necesiten guardar más de una semana. “Si un alimento estaba congelado a la hora de comprarlo, es peligroso dejar que se descongele y volverlo a congelar. En esta categoría también se incluyen alimentos cortados o cocinados que deseemos guardar durante más de una semana, como por ejemplo, vegetales, sopas preparadas, entre otros”, concluye la nutricionista.

Sobre la conservación de los huevos, Vera señala que deben permanecer refrigerados ya que “poseen una impermeabilidad natural en su cáscara, lo que permite su conservación óptima y por ello nunca hay que lavarlos antes de refrigerarlos, ya que si lo hace altera esta impermeabilidad».

Vaca indica que según las categorías establecidas, los alimentos secos que se pueden guardar en un lugar fresco y seco pueden ser en fundas limpias y que puedan cerrarse para evitar que entren insectos.

En tanto que los alimentos que requieren refrigeración o congelación pueden guardarse en envases de vidrio o de plástico; siempre y cuando el envase sea apto para este uso. “Eso se puede comprobar en su etiqueta o en los símbolos que tienen impresos en la base. Si no tiene ningún símbolo que apruebe estos usos, es mejor no utilizarlos para estos fines y reciclarlos o darles un uso que no involucre a los alimentos”, comenta Vaca.

Consultada si el pan y los huevos se deben conservar al ambiente o en refrigeración, responde que “cuando las gallinas ponen huevos, lo hacen a través de un canal donde pueden existir bacterias nocivas para el ser humano. Esta es la razón por la que los huevos deberían permanecer refrigerados. De esta forma se disminuye el riesgo de que las bacterias aumenten y puedan causar enfermedad”.

Adicionalmente dice que al refrigerar los huevos mantienen su tiempo de vida útil y de esta manera se evita que se dañen antes de su fecha de caducidad.

En el caso del pan, la nutricionista afirma que este podría formar parte del grupo de alimentos que no requieren refrigeración, pero que deben guardarse en un lugar fresco y seco. Sin embargo, en lugares de la Costa, donde la humedad sea alta y existan insectos alrededor, se puede guardar en el refrigerador dentro de su misma funda o un recipiente apto.

Vaca indica que no se debería consumir alimentos que ya hayan pasado su fecha de caducidad. Especialmente en estos tiempos de cuarentena, ya que se debe evitar que otro tipo de enfermedades obliguen a acudir a un centro de salud, donde se puede contagiar con el COVID-19.

Un alimento que requiera conservación en frío y no haya sido refrigerado puede dañarse mucho antes de su fecha de caducidad. Entre las pistas para reconocer el mal estado de un determinado alimento están el mal olor, crecimiento de moho, etc.

Existen dos soluciones prácticas que se pueden dar ante este problema, según la nutricionista. La primera es comprar pequeñas cantidades de alimentos rápidamente perecederos y consumirlos en el plazo de un día. En el caso de vegetales y frutas, esto podría incluso extenderse a tres días, pero en productos cárnicos no. Es por eso que se podrían consumir versiones enlatadas o que hayan sido saladas y mantenerlas en un lugar fresco y seco. En cuanto a los lácteos, se podrían comprar envases pequeños y usar todo el producto una vez que se abra. (I)

Fuente: Diario el Universo