[:es]El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-Un, se dieron un apretón de manos al inicio —el 11 de junio— de su histórica cumbre en Singapur, la primera de la historia entre los dos países.
Trump entró por la derecha y Kim por la izquierda a un patio del hotel Capella en la isla de Sentosa, y se estrecharon la mano sobre una alfombra roja y frente a una decena de banderas de Estados Unidos y Corea del Norte.
El presidente estadounidense dirigió unas pocas palabras al líder norcoreano y le tocó levemente el brazo derecho, mientras Kim le dijo: “encantado de conocerle señor presidente”.
Ambos posaron ante las cámaras con el rostro serio y no sonrieron hasta justo antes de entrar en la sala donde mantienen su primer encuentro.
“Me siento realmente bien. Vamos a tener una gran conversación y creo que un éxito tremendo”, dijo Trump ya sentado a la izquierda de Kim al comienzo de su reunión de 45 minutos a solas.
“Creo que va a ser algo realmente exitoso y creo que tendremos una relación estupenda, no tengo dudas”, agregó.
Por su parte, el líder norcoreano aseguró que su país y Estados Unidos han superado “muchos obstáculos” para conseguir celebrar la histórica cumbre.
“No ha sido fácil llegar hasta aquí, ha habido muchas viejas prácticas, prejuicios y obstáculos en nuestro camino hasta llegar aquí, pero hemos superado todo eso”, dijo Kim.
La reunión a solas irá seguida de un encuentro de trabajo con sus respectivas delegaciones y un almuerzo.
La reunión, cuyo objetivo es tratar la posible desnuclearización de Pyongyang, es la primera entre mandatarios de ambos países tras casi 70 años de confrontación a raíz de la Guerra de Corea (1950-1953) y 25 de negociaciones fallidas y tensiones a cuenta del programa atómico norcoreano.
Trump dice que todo va “muy bien” en su reunión con Kim
Luego de unos minutros de receso se dio inicio su segunda reunión, esta vez con algunos miembros de sus respectivas delegaciones.
Trump dijo a los periodistas que su reunión de 48 minutos a solas con el líder norcoreano había ido “muy, muy bien”, y Kim no respondió a la pregunta de si está dispuesto a deshacerse de sus armas nucleares.
Por su parte, Kim comentó al inicio del encuentro con las delegaciones que agradecía poder estar ahí para “hablar de temas importantes” y prometió que colaborará con Trump, quien aseguró: “Vamos a trabajar para resolver los problemas juntos”.
Se espera que el segundo encuentro dure una hora y media, y en él participan también el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, que se ha reunido dos veces con Kim en Pyongyang; y el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly.
Por el lado estadounidense también estaba el asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, cuyas declaraciones sobre la cumbre irritaron profundamente a Corea del Norte el mes pasado.
A la derecha de Kim Jong-un se sentó Kim Yong-chol, considerado uno de sus más estrechos colaboradores y una de las figuras de más peso del régimen en cuanto a relaciones exteriores y espionaje.
En los flancos de la mesa se situaron Ri Yong-ho, actual canciller norcoreano, y Ri Su-yong, excanciller y otra figura considerada muy cercana al mariscal norcoreano ya que fue embajador en Suiza cuando Kim Jong-un estudió en su niñez en el país alpino.
FUENTE DIARIO EXPRESO (EC)[:]