Quienes tienen deudas vencidas, hasta en los dos últimos años, con la banca pública y la privada dispondrán de una nueva oportunidad de ponerse al día y evitar que ese impago afecte su historial crediticio.
La nueva reforma tributaria, que se prepara para su segundo debate en la Asamblea, otorga un plazo de 120 días para cancelar estos haberes y acogerse al beneficio.Es la segunda vez, en menos de quince meses, que este Gobierno propone la misma medida.
En agosto del año pasado, la Ley de Fomento Productivo contempló una oportunidad parecida para que más de 300.000 personas se acogieran a este beneficio que busca, según las autoridades, la reinserción bancaria de quienes se han visto marginados en la entrega de crédito por sus malos registros de pago.
Pero la propuesta, que parece una buena idea para quien actualmente debe, no lo es para la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), sobre todo si se viene aplicando de forma reiterada.
Julio José Prado, presidente del gremio, sostiene que recurrir a esta estrategia no solo afecta el comportamiento de pago, sino los parámetros de control que tiene un banco.
Al no tener data adecuada del historial de un cliente, los bancos no pueden mantener el mismo nivel de crédito, argumenta.Para Prado, borrar el historial crediticio no es la solución.
La economía gana, dice, cuando la gente paga a tiempo sus deudas y el ciclo de crédito es sano y creciente. “Lo que se debe lograr desde la política pública es la creación de incentivos para mejorar la cultura de pago, hacer que la morosidad se mantenga baja, no influyendo artificialmente sobre el historial crediticio como se pretende con este cambio”, explica Prado.
Se trata de una moción que, hasta ahora, deja interrogantes. Aún se desconoce a cuántas personas beneficiaría esta vez dicha medida. Tampoco se sabe el efecto de su alcance.
De acuerdo con la Décima Disposición Transitoria de la propuesta de Ley de Simplicidad y Progresividad Tributaria, las operaciones crediticias vencidas, a la fecha de vigencia de la presente ley, “no podrán ser incluidas en el reporte crediticio, ni consideradas para el cálculo del ‘score’ genérico por parte del Registro o Buró de Información Crediticia que se encuentre en funcionamiento”.
No obstante, dice Sonia Zurita, experta en banca y finanzas, las autoridades deberían aclarar el detalle de la información que se borraría. “Hay que confirmar si se excluyen los pagos atrasados o incumplidos, o toda la operación como tal”. Si es esto último, dice, podría tener un efecto contraproducente.
“Si yo soy alguien joven y esta es mi primera operación crediticia donde hubo pagos cumplidos e incumplidos, con la ley tendría la opción de ponerme al día; pero si me eliminan la operación no tendré el histórico que demuestre que ya fui cliente de crédito”, algo necesario para acceder a un nuevo préstamo.
Prado menciona que, en términos generales, el índice de morosidad se ha mantenido estable a lo largo de este año: alrededor del 3 %; lo cual, sostiene, demuestra que incluso en un año económicamente complicado, los bancos están haciendo una buena gestión del riesgo y los clientes están pagando sus deudas de forma normal.
No obstante, reitera que es necesario fomentar una cultura de pago, tal como lo dictan las buenas prácticas internacionales en el mercado financiero.
El escenario
Haberes
El índice de morosidad de los bancos, en general, llegó a un 3,01 % promedio en octubre de este año, un valor que el sistema todavía considera saludable. No obstante, este mismo indicador se incrementa al 5,3 % cuando se trata de bancos pequeños.
Cartera
Un 9,5 % más de créditos
Al cierre de octubre de 2019, la cartera bruta registró un saldo de $ 29.476 millones, lo que significó un crecimiento de 9,5 % respecto al año anterior ($ 2.545 millones de variación). En el mismo lapso, la cartera comercial tuvo un alza del 4,80 %.
Financiamiento
Ayuda del extranjero.
En lo que va del año se han conseguido cerca de $ 900 millones en créditos bancarios internacionales. Esto le ha permitido a la banca sostener el ritmo de crecimiento de crédito en un entorno económico y político complejo. Una estrategia que se espera repetir en el 2020.
FUENTE: DIARIO EL EXPRESO (EC)