Traumatizada por la dimensión de la pandemia en España, la enfermera Mónica Morales sintió un gran alivio cuando pudo abrazar a un pollino de diez días en el Burrito Feliz, una asociación que ofrece «asnoterapia» para el personal sanitario que lucha contra el virus.
Los encuentros con asnos son una terapia de gran ayuda contra el estrés, la ansiedad e incluso la depresión. La técnica es más conocida con caballos, pero los especialistas aseguran que los burros están más adaptados para tratar desórdenes emocionales, dada su cariñosa naturaleza y su respeto intuitivo al espacio personal.
La situación es «bastante agobiante; lo que hemos vivido antes, ahora mismo está a la orden del día» con la segunda ola del virus, cuenta Morales, una enfermera de 25 años que ya en primavera trabajó durante meses en un hospital de Madrid, epicentro de la epidemia en España, y ahora lo está haciendo en el sur del país.
«Cada vez hay más pacientes y cada vez más tensión» entre los colegas, de modo que «estar aquí con ellos (con los burros) me ayuda mucho», añade Morales después de pasar un rato en el Burrito Feliz acariciando los suaves hocicos de los animales y alimentándolos con zanahorias.
El Burrito Feliz se encuentra en Hinojos, una localidad andaluza rodeada de vastos y arenosos pinares a las puertas del Parque Nacional de Doñana. Es una asociación sin ánimo de lucro, y cuenta con 23 asnos que han trabajado con pacientes de Alzheimer y niños con desórdenes emocionales.
El proyecto arrancó a finales de junio como una forma de ofrecer alivio a los profesionales sanitarios, exhaustos y traumatizados en la lucha contra una pandemia que en España mató de momento a más de 33.400 personas y suma ya más de 900.000 casos confirmados.
FUENTE: EL UNIVERSO (EC)