En Ecuador se encuentra el volcán activo más monitoreado del mundo

Un estudio, hecho por científicos ecuatorianos y extranjeros, brinda la primera descripción detallada de la erupción del volcán Sierra Negra en las islas Galápagos. Horas antes de la erupción del volcán Sierra Negra, el 26 de junio de 2018, un temblor de 5,4 grados sacudió la isla.

El sismo elevó el suelo del cráter más de seis metros en un instante.  El evento, que desencadenó la erupción, fue capturado a detalles por un equipo de científicos nacionales e internacionales. Según los expertos, el acontecimiento revela nuevos datos sobre uno de los volcanes más activos del mundo.

En entrevista con PRIMICIAS Mario Ruiz, sismólogo y coautor de la investigación, detalla el proceso del informe. Ruiz explica que en 2012 el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG) instaló dos estaciones sísmicas en el volcán Sierra Negra para monitorear su actividad. Tras cinco años de vigilancia, en 2017 detectaron que los sismos eran cada vez más frecuentes y de mayor escala. “No teníamos certeza de que iba a erupcionar, pero algo estaba pasando con el volcán. Fue en ese momento que decidimos invitar a colegas para que puedan estudiar el fenómeno”, añade. Científicos de Estados Unidos, Escocia y Francia llegaron a la isla Isabela en el archipiélago de Galápagos para estudiar al volcán. Arribaron con fondos e instrumentos para el estudio.

Además, nuevos sismos acompañaron el fin de la erupción y el vaciado del depósito de magma. El investigador asegura que tras la erupción, la caldera estaba casi seis metros más arriba. Este fenómeno, conocido como resurgimiento de la caldera, es importante para comprender cuándo y dónde ocurren las erupciones. Pese a ello, es un fenómeno raro y nunca antes se había observado de esta manera. Por su parte, Andrew Bell, de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Edimburgo, coautor de la investigación, indica que “la erupción de Sierra Negra en 2018 fue un evento volcánico realmente espectacular, que ocurrió en el ‘laboratorio viviente’ de las islas Galápagos“. Además, precisa que “este conjunto de datos únicos nos proporcionan una nueva e importante comprensión de cómo se comportan estos volcanes y cómo podríamos pronosticar mejor futuras erupciones“.

FUENTE: PRIMICIAS (EC)

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