Ecuador y Colombia alistan su tercer corredor binacional

Con resguardo militar, un grupo de obreros realiza trabajos en la orilla colombiana del puente sobre el río Mataje, que enlaza a ese país con Ecuador. Este corredor binacional, que unirá San Lorenzo, en el norte de Esmeraldas, con el puerto de Tumaco, en Colombia, debía estar listo en agosto del 2018.

Así se estableció en los acuerdos binacionales y el contrato para la construcción del puente, firmados en el 2016. Pero los trabajos han tenido un desarrollo desigual a los dos lados de la frontera. Este Diario realizó un recorrido en la zona y verificó los avances. Mientras en Ecuador, los 18 kilómetros de la vía y el puente sobre el río Mataje están listos desde octubre del 2017, en el país vecino el asfaltado de los 19 kilómetros de la carretera Mataje-La Espriella comenzó hace tres meses. Según datos del Instituto Nacional de Vías (Invías), a cargo de la obra, unos 51 trabajadores de esa región realizan labores y trabajan en la pavimentación del corredor.

Los retrasos en Colombia tuvieron relación con demoras en la contratación pública de la obra en su territorio. La ruta entre Tumaco y Mataje incluyó la construcción de 5 km de vía nueva y el mejoramiento de otros 14 km. Además, se contempló la edificación de los puentes Pusbí, de 66 metros de longitud; Pañambí (42 metros) y el puente sobre el río Mira (de 685 metros). Ecuador y Colombia están interesados en concluir esta obra binacional, que, según el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), beneficiará a 22 000 habitantes dedicados a la ganadería, pesca y producción agrícola.

El mandatario colombiano, Iván Duque, abordó el jueves anterior el tema en el encuentro virtual que mantuvo con el presidente Lenín Moreno. Sin dar una fecha, Duque señaló que “espera, en los próximos meses, poder inaugurar con Moreno la conexión de la Espriella-Mataje y la puesta en funcionamiento de los Centros Binacionales de Atención Fronteriza (Cebaf)”. Al momento, el puente sobre el río Mataje, que une a los dos países, permanece custodiado por la fuerza pública de los dos países. En Ecuador está a cargo de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Unas vallas plásticas, de color naranja, indican que el paso de personas y vehículos está restringido por el viaducto, de 68,3 metros de largo y 10,7 de ancho. La prohibición comenzó el 18 de marzo, debido al cierre de las fronteras dispuesto por Colombia, para evitar el contagio con el covid-19. Junto al viaducto de Mataje, los obreros colombianos limpian las cunetas con palas y escobas.

En la cabecera de la carretera se observan contenedores metálicos, que están adecuados como oficinas para el funcionamiento del Cebaf. Estas instalaciones serán utilizadas para realizar trámites migratorios y aduaneros de los dos países -porque en el lado ecuatoriano no hay-, explica Gustavo Valencia, coordinador de la zona 1 del MTOP.

A pesar de que el ramal ecuatoriano, entre la Y de Mataje y el pueblo del mismo nombre, está listo, asfaltado y con señales de tránsito vertical y horizontal, aún no ha sido entregado oficialmente por la empresa constructora al MTOP. Según Valencia, hay temas pendientes relacionados con la expropiación de tierras, que debe resolver el contratista. Una vez solucionados, se harán los trámites para la entrega-recepción de la obra.

Hay optimismo entre los vecinos del sector. Jairo Cantincus, miembro de la Junta Parroquial de Mataje, considera que una vez que se inaugure la vía binacional, en el poblado se instalarán negocios, como papelerías, restaurantes, locales de cambio de dinero, entre otros, como sucede en el puente de Rumichaca, en Carchi.

Para el presidente de la Cámara de Turismo de Esmeraldas, Víctor Orellana, la nueva carretera binacional permitirá un mayor desarrollo turístico. Comenta que están trabajando con la Cámara de Turismo de Atacames y las operadoras turísticas, para la implementación de una propuesta de lo que será el gran corredor del norte de la provincia. Los turistas colombianos están entre los mejores clientes de las playas esmeraldeñas. Diciembre y enero son considerados como época de arribo de viajeros de ese país. “El puente y la carretera que unen a los dos países son la alternativa para que haya un mayor desarrollo comercial y productivo de ambas naciones, en especial, de quienes habitan en todo el cordón fronterizo”, dice Orellana. Pero la apertura del futuro corredor binacional también genera inquietudes.

Los transportistas de lanchas que cubrían la ruta San Lorenzo-Tumaco (Colombia), antes de la pandemia, temen que la nueva carretera termine con sus negocios. Alfredo Chacón, presidente de la Corporación Puerto San Lorenzo del Pailón, cree que también pueden ser afectados los propietarios y conductores de 40 lanchas. La alternativa para este sector puede ser el turismo. Pero los visitantes extranjeros dejaron de llegar a causa de la inseguridad en la zona, se lamenta. Igualmente, los miembros de las cámaras de comercio de Esmeraldas y Tumaco mantienen diálogos para entablar negocios. Una de las recomendaciones del sector es que haya mayor presencia estatal. Este proyecto lleva cinco años en espera Diciembre del 2015​.

FUENTE: EL COMERCIO (EC)

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