Desde que apareció el nuevo coronavirus, al menos 150 fármacos ya existentes contra otras enfermedades se han probado para mitigar el impacto del covid-19 en distintas etapas de acción del virus y con efectos en determinados órganos comprometidos.
Cuando el virus surgió en China a finales del 2019, en este país se utilizó medicamento interferón alfa 2b, usado en sus inicios para paliar los efectos del cáncer, ya que fortalecía el cuadro inmunológico de los pacientes.
La molécula fue desarrollada en Estados Unidos y se utiliza para tratar el VIH. En esta búsqueda se probó empíricamente también una variante de esta molécula, el Interferón 1b.
Un estudio publicado en la revista científica medRxiv mostró que no había ninguna ventaja clínica de tal droga frente al coronavirus.
Cuando el SARS-CoV-2 salió de Asia, apareció una investigación que inició Didier Raoult, microbiólogo francés, en la que estudió a 26 pacientes de covid-19 suministrándoles hidroxicloroquina en conjunto con azitromicina. La propuesta de Raoult fue acogida con beneplácito por los presidentes de Estados Unidos y de Brasil.
A finales de mayo, la OMS ordenó una pausa temporal de las pruebas clínicas luego de que la revista The Lancet se retractara y publicara un estudio que mostró un aumento en la tasa de mortalidad entre los pacientes que recibieron el medicamento.
Lejos de ahí, los científicos brasileños se decantaron por el atazanavir, usado para el tratamiento de pacientes con VIH. Este se combinó con ritonavir, otra medicina para el combate al VIH.
Este tratamiento reduce la inflamación en pulmones de los pacientes. Otro tratamiento que quedó fuera de carrera fue umifenovir.
Un estudio realizado en China sobre su seguridad y la eficacia en covid-19, junto a lopinavir/ritonavir, sugiere que ninguno de estos medicamentos mejora el resultado clínico de los pacientes hospitalizados con casos leves a moderados de la enfermedad.
Contra la covid-19 se analizó también el efecto de la centenaria vacuna BCG, creada para prevenir la tuberculosis. La OMS señaló que no existen evidencias de que esta vacuna proteja frente al virus.
Otra esperanza de tratamiento es la ivermectina, un medicamento antiparasitario, muy usado contra la oncocercosis, presente en la zona norte de Esmeraldas. Un estudio dirigido por la Universidad de Monash en Australia evidenció en cultivos celulares que el antiparasitario es capaz de evitar la replicación del nuevo coronavirus en 48 horas. Más moderno es el remdesivir, un medicamento antiviral diseñado para combatir los virus de la hepatitis, de enfermedades respiratorias, y que también fue usado contra el ébola.
Un medicamento que ha mostrado efectividad contra el covid-19 es la dexametasona, según los científicos de la Universidad de Oxford.
Este antiinflamatorio reduce hasta en un tercio los fallecimientos de los pacientes hospitalizados con complicaciones respiratorias graves que requieren ventilación mecánica y hasta en una quinta parte en los que reciben tratamiento con oxígeno. Médicos ecuatorianos alertaron que puede producir inmunosupresión, edemas, etc., por lo que su uso debe ser bajo supervisión profesional.
FUENTE: EL COMERCIO