“Tasas pasivas altas permiten seguir captando recursos”

Julio José Prado, presidente de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador, evalúa la situación del sistema financiero y su proyección para el 2020.

Quizá este año la banca privada solo pueda mantener el ritmo de 2019, es decir, no se espera un crecimiento por varios factores, uno de ellos el estancamiento de la economía. La Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca) sugiere cambios.

En el 2019, paradójicamente, los créditos crecieron a mayor ritmo que los depósitos, este 2020 la banca deberá hacer un esfuerzo mayor para captar más dinero del público.

– El 2020 va a ser similar al año pasado, es decir, estaremos cercanos a un crecimiento cero; vamos a seguir teniendo niveles de tasas pasivas que nos permiten seguir captando recursos del público, escasos.

– Va a ser rentable invertir dinero en la banca ecuatoriana. Habrá una tasa atractiva para los depósitos.

– La tasa pasiva es de 6,22 % (promedio), la más alta de los últimos cinco años, eso significa un mayor costo financiero, pero permite captar recursos y traerlos hacia la banca; esto lo vamos a seguir muy de cerca, porque si no tenemos liquidez no vamos a poder seguir entregando créditos. Un segundo elemento es que requerimos las reformas que necesita la economía ecuatoriana.

– Año de desafío también.

– Esta año va a haber una mayor especialización, habrá esfuerzos por sacar productos innovadores que le sirvan en el día a día a las personas, los bancos están tratando de encontrar mecanismos, algunos adaptados de otros países, para traerlos al Ecuador y desencadenar el crédito en un año complicado.

La educación financiera está bien para los usuarios que ya están bancarizados; no se trata solo de abrir una cuenta.

– Las provisiones por cartera son claves: han sido criticadas, pero han resultado efectivas.

– Los bancos han aprendido mucho de cómo manejar sus riesgos crediticios de forma adecuada. Hemos incorporado más tecnología. La banca se ha vuelto mucho más técnica. Cumple estándares superiores a los que pide la Superintendencia y la normativa, y ese riesgo y prudencia se miden a través de la cobertura. Las provisiones de cartera son de 1.924 millones para una cartera improductiva de $ 900 millones. Estamos cubiertos más de dos veces lo que necesitamos y ese es un costo para el banco. La cobertura es más alta que otros sectores financieros de Ecuador y de la banca de América Latina.

– Pero también en otros aspectos parece que existe una “sobrerregulación”.

– De los pocos países que tienen un nivel de control tan estricto de tasas de interés como Ecuador, es Ecuador, en América Latina.

– Esto tiene un efecto en la bancarización o inclusión.

– El acceso promedio del crédito de la población está por debajo del 15 % que es muy, muy bajo. Tenemos que ver con la Superintendencia, la Junta de Regulación y Control Monetario y Financiero que los segmentos de crédito no sean tan estrictos y rígidos como hoy; que nos permitan diferenciar los riesgos personales, no a nivel grupal y eso permitiría a cada persona, a cada microempresario, a cada agricultor, darle un crédito con la tasa que corresponda, midiendo el riesgo y la capacidad de pago, como se hace en cualquier país.

El 70 % de las utilidades se capitaliza para poder seguir creciendo e iniciar con fuerza el 2020.

– Esto tiene un impacto negativo en la entrega de microcréditos, por ejemplo.

– Un crédito a un microempresario requiere de casi un proceso de consultoría técnica, que no es lo mismo que darle un crédito a una gran empresa. Al microempresario hay que buscarlo, seguirlo, ir al campo; el costo operativo es muy alto, hay que aprender a medir el riesgo. Ahora se hacen entregas a través de teléfonos móviles, aplicaciones de pago para reducir el costo operativo y que sea rentable. El microcrédito es un océano azul (que no ha sido tocado) porque el 50 % de la población no está bancarizada. Ese 50 % de los no bancarizados e incluso los bancarizados acceden al chulco a tasas que van en algunos casos del 20 % mensual e incluso superiores. En los comercios urbanos prestan 100 en la mañana y en la tarde les cobran 5 dólares (5 % diario), esa es la pelea. La inclusión está muy baja, de ahí el rol de la regulación.

FUENTE: DIARIO EL EXPRESO (EC)

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