La tecnología obliga a una evolución profesional

El avance de la tecnología y el cambio de hábitos y costumbres siempre han obligado a la humanidad a dejar atrás viejas profesiones y oficios que se vuelven obsoletos. Eso mismo pasa, actualmente, cuando el internet, los robots y la inteligencia artificial amenazan con acabar algunas de las profesiones más populares de la actualidad.

Édgar Salas, director de Innovación de la Universidad Espíritu Santo, dice que más allá de que desaparezcan las profesiones, en la actualidad nos encontramos en una etapa de transición, en la que están evolucionando no solo a la especificidad de una profesión, sino a la incorporación de elementos de vanguardia que hoy dominan el presente y son una base para el futuro.

Por ejemplo, la incorporación de las tecnologías, simuladores y análisis de datos complementadas con habilidades y trabajo colaborativo, además de una concienciación ambiental, serán la base de cualquier tipo de profesión de futuro. Dentro de las habilidades blandas, el liderazgo en la gestión y la comunicación serán fundamentales, ya que se han expandido las formas y los medios de comunicación.

Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con sede en España, los empleos que más riesgo corren a nivel mundial son los de contables y auditores, así como los relacionados con actividades que trabajan de cara al público, como agentes de viajes, cajeros, secretarios, recepcionistas, agentes de seguros, teleoperadores que ofrecen servicios de atención al cliente y empleados de banca.

María Guerrero, prorrectora (E) de la Universidad Internacional del Ecuador, manifiesta que las profesiones no desaparecen, evolucionan; los profesionales deben por esta razón permanentemente actualizar conocimientos, ya sea con programas de posgrados, como con cursos de educación continua. “Vemos entonces cómo ciertas carreras necesitan actualizarse en su oferta y contenidos debido a los avances tecnológicos que provocan cambios en las formas que las personas y los mercados interactúan”.

Manuel Murrieta, director de Planificación y Evaluación de la Universidad Casa Grande, expresa que las profesiones se ven amenazadas desde hace varios años.

“Hasta hace algunas décadas en los estudios arquitectónicos existían ejércitos de dibujantes, los que han sido remplazados por programas CAD (diseño asistido por computadora, por sus siglas en inglés). ¿Se eliminaron los dibujantes? No necesariamente, cambiaron sus rapidógrafos por software de diseño. Además, esta tecnología abrió nuevas posibilidades en el negocio inmobiliario como son los tours 360 y simulaciones virtuales que a su vez remplazaron las maquetas”. Un ejemplo más reciente, explica Murrieta, está en el campo de la salud.

En muchos casos, el software basado en algoritmos de inteligencia artificial es más efectivo que la mayoría de los humanos en detectar tumores en etapas iniciales; e incluso en algunos casos hasta para proponer tratamientos y posibles curas. Sin embargo, la discusión de las implicaciones de estos tratamientos con los pacientes y sus familias es una tarea que no podrá ser realizada por una máquina.

FUENTE: EL UNIVERSO (EC)

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