La realidad de los vehículos ensamblados en Ecuador

La venta de vehículos producidos en el país bajó su participación: representan menos del 30% cuando en algún momento tuvieron la mitad del mercado.

De una industria que llegó a superar las 60 mil unidades vendidas en el año en el país a menos de 40 mil en la actualidad. La situación del sector ensamblador no es la mejor, y las industrias que participan en ésta la sienten además en sus exportaciones: el año pasado fueron apenas de 1.600 unidades frente a las 25 mil que vendieron al extranjero años atrás.

Hasta finales de 2016, la situación era distinta. Quienes importaban vehículos tenía un cupo fijado por el Ministerio de Comercio Exterior que limitaba la oferta; bajo ese techo los vehículos ensamblados durante una década compartieron un porcentaje similar de ventas con los importados.

Pero un año después se dio un quiebre: se eliminaron los cupos para importar, el Acuerdo Comercial con la Unión Europea inició una reducción del arancel que se paga por importar, y desde Colombia ingresan vehículos sin arancel. Lo que sí se mantuvo es el arancel para el CKD, que son las partes que se usan para ensamblar vehículos.

Por un lado, estos cambios beneficiaron al usuario, con el ingreso de nuevas marcas y la reducción de los precios. Pero la otra cara de la moneda fue el sector industrial, que según cálculos de la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana (CINAE) en los últimos años perdió 2 mil empleos directos en todo el encadenamiento productivo del sector: tanto ensambladoras como proveedores (piezas y partes para vehículos).

Un nuevo escenario

En Noviembre pasado, los ensambladores encontraron una nueva ruta: desde el Gobierno se anunció un proyecto de política arancelaria para la importación de vehículos CKD (partes y pieza) que, aunque demorada, busca revertir la poca competitividad de esa industria.

Con esta propuesta se prevé que nuevos proyectos de ensamblaje de vehículos no paguen arancel y que los ya existentes cuenten con una tabla de desgravación paulatina. Esto reduce distancias con las condiciones comerciales que tienen algunos importados.

Para David Molina, director ejecutivo de la CINAE, el anuncio cambió positivamente la situación para los nuevos proyectos. “Van a tener una situación extraordinaria porque no tendrán arancel para importar CKD, tendrán beneficios en el pago del Impuesto a la renta e incluso en el pago del Impuesto a la Salida de Divisas”.

El problema es la transición porque la industria automotriz no es de commodities, no se desarrolla de un mes al otro, puede tomar de 18 a 24 meses. Mientras ocurre eso y se desarrollan nuevos proyectos, este año acabará y será una industria que compite con 13% de arancel de CKD. Este año se reducirá en 30%, este año bajará a 28 mil vehículos, que son 12 mil vehículos menos, que genera un encadenamiento de menos productos: amortiguadores, llantas, etc.

La situación es compleja, algunos autopartistas quizá les toque cerrar este año porque la reducción de este año no les da para cubrir esos costos. La idea es un plan de competitividad a corto plazo. Si hay un buen proyecto para el próximo año pero cómo haces lo de integración nacional si algunas autopartistas cierren este año.

General Motors OBB del Ecuador, fabricante de vehículos Chevrolet en el país, es uno de los casos. De los 3 turnos con horarios completos pasaron a un turno dividido. “En nuestras ventas totales, del 80% que pesaban los ensamblados, hoy representan 50%”, reconoce Roberto Romero, gerente de Asuntos Corporativos de la compañía.

Este año cerrarán con 28 mil unidades producidas en su planta en Quito; en 2010 ensamblaban más de 54 mil. “Sin duda no contar con claridad y equidad para la industria frente a importado puso en riesgo la estabilidad de operación”. Agrega que igual tendrán un 2019 complejo, aunque se prevé un mejor panorama para más adelante.

Esto porque los proyectos de ensamblaje toman alrededor de 2 años en instalarse. Esto implica un proceso de desarrollo de partes, ingeniería, certificaciones, pruebas, inversiones, “No hay proyectos reales por ahora”, indica David Molina, director ejecutivo del CINAE.

Molina recuerda que desde hace más de un año llevaban charlas con el Estado, y que mientras eso sucedía, hasta octubre pasado, los vehículos de origen colombiano pasaron de 6.600 unidades a 13 mil (98% más); mientras Hungría despuntó (183% más), con el ingreso del modelo S-Cross de Chevrolet en reemplazo de otro ensamblado en su fábrica en Ecuador.

Fuente: Revista Vistazo (EC)

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