La oferta de flor nacional se adelanta al San Valentín

El clima apresuró la cosecha.El volumen está asegurado, pero no los precios. Se teme que gran parte del producto sea vendido previo a la fecha

En Pambaflor S.A. la extenuante jornada casi ha llegado a su fin. Faltan menos de 11 días para San Valentín, y desde Cotopaxi (lugar donde se ubica la hacienda florícola) ya se ha despachado casi el 90 % de las flores que esperan vender para la época, tradicionalmente la más importante, en cuanto a rentas que tiene el sector.

Los envíos se igualarán a los del año pasado (los 3,5 millones de tallos), cuenta Bernardo Espinosa, gerente de la empresa, pero aún están por verse los ingresos. Y sobre eso, no hay tan buenas expectativas.

El sector florícola ha llegado a su mejor época del año con una cierta anticipación que podría afectar sus ingresos. Las altas temperaturas registradas en enero (hasta 32 grados dentro de invernaderos) maduraron tan rápido la flor, explica, que las fincas se vieron obligadas a adelantar la cosecha y sus ventas en el mercado abierto. Y ahí está el problema. “Si la flor es vendida el 13 o el 14 de febrero tendrá un buen precio en el mercado, pero si es puesta el 10 o será puesta el 15, con seguridad eso ya no valdrá lo mismo ”, explica.

San Valentín, el Día de la Mujer y el Día de la Madre son las fechas más importantes del año para el sector, pero de las tres, la primera es capaz de generarle hasta un 55 % de los ingresos que obtiene.

El año pasado, este sector vendió 15.000 toneladas de flores para esta fecha. Gino Descalzi, Fiorentina Flowers S.A. y miembro del directorio de Expoflores (Asociación Nacional de Productores y Exportadores de Flores del Ecuador), menciona que la expectativa para este San Valentín es superar ese volumen, pero no así los ingresos. “Es probable que las cifras de febrero, comparadas con el año pasado, sean mucho más modestas”, sostiene.

A ello hay que añadirle, dice, otro factor que también está incidiendo en el comportamiento del mercado, como la cancelación de pedidos de China, como consecuencia de la emergencia sanitaria originada por el coronavirus. Aunque se trate de un «mercado marginal», asegura Descalzi, algunas haciendas han experimentado ya la suspensión de pedidos y eso, aunque menor medida, también resta la dinámica que se esperaba en el sector.

“Con toda esta amenaza sanitaria, obviamente el nivel de prioridades en las importaciones de China cambió. La gente no estará dispuesta en comprar flores, ahora están preocupados en cuidar su salud. Ventajosamente ese país no es superimportante para el sector, pero tampoco es despreciable porque sí es un mercado que ha venido creciendo”, sostiene.

Lo que realmente sigue preocupando a los floricultores, dice, son las condiciones que continúan teniendo para trabajar: al sector, reitera, le siguen faltando reglas más amables de contratación laboral y una política comercial que permita al sector llegar con preferencias arancelarias hacia Estados Unidos, hoy el mercado que absorbe más del 50 % de los envíos locales (ver subnota).

Es un escenario que preocupa y en el que se esperan cambios, más cuando los floricultores vienen atravesando meses de mayores pérdidas, como efecto del paro nacional de octubre. En las protestas, recuerda Espinosa, esta industria fue una de las más afectadas con los saqueos y la interrupción de labores que generaron una pérdida de $ 21 millones.

África toma fuerza en la competencia

Estados Unidos es el principal comprador. Allá va más del 50 % de las flores locales, pero cada vez se vuelve un mercado difícil de mantener. Esto porque los floricultores continúan pagando un alto arancel (6,8 %) que al año le significan $ 31 millones en egresos y pérdida de competitividad. Una situación que no la viven otros países como Colombia que pagan 0 %. Otro factor en contra es la mayor participación que en los últimos años suman los países africanos (Kenia y Etiopía), que han invertido en logística para bajar sus costos.

FUENTE: DIARIO EXPRESO (EC)

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