Importaciones estadounidenses se ven afectadas por congestión récord de buques

La congestión de buques en los puertos de Los Ángeles y Long Beach en Estados Unidos alcanzaron un nivel sin precedentes, agravando el cuello de botella en la puerta de entrada más transitada para las importaciones del país norteamericano. En total, un récord de 38 portacontenedores están esperando espacio de atraque, 36 anclados y otros dos que fueron dirigidos a esperar en áreas designadas en el mar hasta que los anclajes estén disponibles. Cabe destacar que es la primera vez desde 2004 que se utilizan las llamadas «zonas de deriva» para gestionar el tráfico hacia los puertos vecinos, informó Bloomberg.

El director general de SeaIntelligence Consulting, Lars Jensen, sostuvo que «se trata de un problema que no tiene solución a corto plazo». El tiempo que demore dependerá de si las navieras mantienen los viajes programados a Estados Unidos o implementen cancelaciones en las próximas semanas. Para Jensen el mejor escenario sería un descenso estacional de los envíos desde Asia después del Año Nuevo chino, a mediados de febrero. «Esto amortiguará el flujo de entrada de mercancías a finales de febrero y dará un respiro para despejar el retraso, pero ese despeje aún llevará algún tiempo», comentó.

El principal complejo portuario del sur de California ya se vio afectado por atascos en el pasado. No obstante, la principal diferencia ahora es que los buques son aún más grandes y tardan más en descargar, sumado a los retos laborales en muelle que implica el Covid-19.

Los buques “a la gira” en Los Ángeles tienen capacidad conjunta para transportar más de 300.000 contenedores. Se estima que Los Ángeles manejará 155.000 contenedores entrantes la próxima semana, un 80% más que hace un año, y que Long Beach reciba algo menos de 100.000.

Además del volumen de los buques cargados, las autoridades portuarias se enfrentan a una nueva ronda de inclemencias del tiempo. A principios de la semana pasada, los fuertes vientos y las marejadas de 5,2 metros hicieron que varios buques levantasen anclas y buscasen seguridad lejos de la costa. «Actualmente no prevemos que la tormenta sea lo suficientemente fuerte como para que los buques anclados se hagan a la mar para evitar la tormenta, pero estamos preparados para hacerlo si algún capitán decide hacerlo», dijo el director ejecutivo de Marine Exchange, Kip Louttit.

FUENTE: MUNDO MARITIMO (CL)

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