Líneas navieras y operadores portuarios muestran gran resiliencia ante el Covid-19

En su más reciente estudio, los miembros de PortEconomics, Theo Notteboom, Thanos Pallis y Jean-Paul Rodrigue investigaron las consecuencias de las perturbaciones de la oferta y la demanda ocasionadas por el COVID-19 en los puertos de contenedores y en la industria del transporte marítimo de contenedores, comparando estos acontecimientos con la crisis financiera de 2008-2009.

Según concluyeron, «la diferencia fundamental entre la pandemia de COVID-19 y la crisis financiera de 2008-2009 radica en que la primera de ellas se produjo en un momento en el que el transporte marítimo y los mercados conexos se vieron obligados a hacer caso omiso de las señales de un punto de inflexión inminente».

En el informe detallan que la crisis financiera de 2008-2009 se derivó de las debilidades internas del sistema financiero, en particular la inflación de los activos y las malas inversiones conexas. Hubo varias señales de advertencia que tanto la industria como sus analistas eligieron ignorar o descontar y la economía mundial tardó varios años en recuperarse de la recesión resultante. Por el contrario- se detalla- COVID-19 fue una conmoción externa con pocas señales de advertencia (a corto plazo), que repercutió repentinamente en las cadenas de suministro, el comercio y el transporte.

Los analistas indican que «aunque a nivel agregado, la crisis financiera y COVID-19 parecen tener repercusiones similares, esas repercusiones no muestran pautas similares en todos los puertos y redes de transporte marítimo».

El estudio se identifica varias diferencias en los mecanismos de adaptación (resiliencia) que la industria del transporte marítimo utilizó para adaptarse a cada crisis. La gestión de la capacidad, ante la inestable demanda del mercado, tuvo resultados muy diferentes durante las dos crisis, ya que a diferencia de la crisis financiera- en la que las líneas navieras no pudieron gestionar eficazmente su capacidad, lo que dio lugar a una considerable erosión de las tarifas- COVID-19 reconfirmó el poder de negociación de las líneas navieras, con un aumento de las tarifas de flete y un efecto positivo en los resultados financieros.

Esto fue posible, exponen los investigadores, gracias a la oleada de consolidación de 2014-2017 y la formación de alianzas que facilitó el desarrollo de esta estrategia. La navegación lenta, adoptada durante la crisis financiera de 2008-2009 en un intento por absorber el exceso de capacidad, no pudo utilizarse como herramienta durante la pandemia. Sin embargo, la dependencia de las economías de escala, que permite a las líneas navieras racionalizar los servicios y la estructura de costos mediante el despliegue de buques más grandes fue aplicada efectivamente durante la crisis COVID-19, explica el estudio.

FUENTE: MUNDO MARITIMO (CL)

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