Las ventas de banano, en volumen, están “por las nubes en Europa”, pero los retornos están alcanzando nuevos mínimos, lo que es una tendencia alarmante para los productores. A más oferta, menores precios.
La analista Carolina Dawson, del centro de investigación Cirad, de Francia, relató durante el Congreso Internacional sobre el Banano en Miami (Estados Unidos), organizado por Corbana de Costa Rica, que Europa ha experimentado un crecimiento extraordinario en las importaciones de banano: más del 20 % en la última década.
Según el director ejecutivo de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Corbana), Richard Salazar Veloz, que estuvo en el evento en EE. UU., todos los proveedores claves para Europa aumentaron sus ventas. Ecuador, un 17 %, a 1,6 millones de toneladas en 2018, en comparación con el promedio de 2015 a 2017 (aunque esto se revierte en el primer trimestre de 2018).
Salazar viene advirtiendo de una nueva realidad bananera en el mundo y de la necesidad de cambios en la forma de manejar al sector desde el Gobierno central. Hasta ahora nada se ha hecho para competir mejor con Centroamérica, el principal rival comercial.
Colombia ha crecido el 4 %, a 1,4 millones de toneladas. Y Costa Rica, un 13 %, a 1,2 millones de toneladas. Pero los que han elevado sustancialmente sus curvas son tres: Honduras (111 %), Nicaragua (92 %) y Guatemala (60 %).
Esa situación, a criterio de Salazar, ha ayudado al aumento del consumo per cápita en Europa a casi 13 kilos por año.
Pero a pesar de describir que la UE rompió “récord tras récord” en términos de comercio de banano, Dawson advirtió: “Hay un crecimiento continuo que parece muy positivo, pero a pesar de ese crecimiento hay una crisis recurrente de precios bajos”.
Dawson tiene estadísticas alarmantes que señalan los rendimientos decrecientes para los proveedores. “En 2018 vimos algo nuevo: hubo un buen comienzo de año en términos del resultado económico, pero se inició una crisis inesperada en la primavera, ya que los precios bajaron y no se recuperaron para finales de año. El 2018 fue el peor año, con un precio anual (promedio) inferior a 12 euros por caja”.
El precio promedio del año pasado, de 11,90 euros, representa un descenso considerable en comparación con el máximo de 14,06 observado en 2015, y está por debajo de cada año en la última década. Si bien algunos flujos de producción ocasionalmente han reducido los rendimientos, el factor principal ha sido el descuento en los supermercados.
Los productos orgánicos podrían ser un área para ofrecer un mejor valor a los productores, ya que los guineos de este tipo tienen ahora una participación del 10 % del mercado de comestibles en Europa.
Sin embargo, Dawson también señala que sus precios están bajo presión y cita el ejemplo de un supermercado francés que esta semana publicitó todos sus bananos como orgánicos, pero los está vendiendo al mismo precio que la fruta convencional.
FUENTE: DIARIO EL EXPRESO (EC)