El registro de la historia judicial nacional en riesgo

El Archivo General está ubicado en un galpón arrendado en Quito. Documentos, así como bienes históricos y patrimoniales, no están asegurados.

Hoy el Archivo reposa en un área de casi 4.000 m2, donde se custodian procesos civiles, penales, de tránsito, entre otros.

Un proyecto que inició en 2013 con una inversión aproximada de tres millones de dólares, permitió al país contar con el Archivo General de la Función Judicial donde reposan alrededor de 1’800.000 expedientes judiciales recuperados de varias provincias.

Se trata de la documentación de los procesos judiciales desde 1700, rescatados por especialistas de varios sitios inadecuados del edificio de la Corte Nacional de Justicia, de cortes provinciales, de complejos y de unidades judiciales.

Lo más importante del Archivo General es que entre las 129 millones de fojas se encuentran documentos históricos únicos y de incalculable valor, que han sido intervenidos por curadores y expertos. Gustavo Salazar, historiador e investigador que trabaja en el lugar, dijo que en términos patrimoniales “esto no tiene valor porque es parte de la historia del país”.

Entre los documentos hay libros de autos condenatorios que venían desde la Corona Española. En estos libros se recopilaban todas las sentencias, están escritos en latín y hay uno solo en Castellano.

Juan León, quien trabaja en el Archivo como técnico en conservación documental, señala que se encuentran elaborando la guía del archivo histórico. Explica que del total de fojas, 30.000 son consideradas históricas y patrimoniales, de las cuales apenas 100 se han digitalizado. La razón es que el proceso es muy costoso y se requiere de equipos especiales para no dañar los escritos.

Karina Logroño, subdirectora Nacional de Archivo y Gestión Documental del Consejo de la Judicatura, revela que el próximo paso en el que se hallan empeñadas las autoridades es la digitalización, pero admite que es muy costoso.

En la actualidad el Archivo General se encuentra en un galpón arrendado en Quito, con una estructura reforzada.

FUENTE: DIARIO EL TIEMPO (EC)

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