Ecuador se ubicó en el puesto 10 entre 12 países en digitalización en hogares, según informe publicado por la CAF

Ecuador se encuentra en el puesto 10 entre 12 países de América Latina y el Caribe en cuanto al acceso y calidad en la digitalización de los hogares.

Mientras en ese ranking los países miembros de la OCDE (entre los que se encuentran las economías más desarrolladas) tienen 74,3 puntos en digitalización de hogares, Ecuador se ubica en 36,4 puntos, por debajo de la media de América Latina y el Caribe, que está en 50,7 puntos y por debajo de Colombia (52,6) y de Perú (45,9). Solo supera a Paraguay (29,8) y Bolivia (20,3).

A la hora de analizar la cobertura, los datos mejoran levemente, pues el promedio de la OCDE está en 73,8, mientras que Ecuador se ubica en 59,9. Este puntaje le merece a Ecuador un puesto por encima de Perú, que se ubicó en 50,5. En cuanto a la calidad de la digitalización, la calificación es baja si se toma en cuenta que la OCDE está en 43,1 y Ecuador llega a 13,9 por debajo del promedio de América Latina y el Caribe que es de 15 puntos.

Así lo revela el nuevo informe del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) El impacto de la digitalización para reducir las brechas y mejorar los servicios de infraestructura, publicado este 22 de julio.

Dicho informe, que contiene cifras de la situación de la región sobre temas de infraestructura como el alcance de servicios de electricidad, transporte y el acceso a las tecnologías de la información y comunicación (TIC), indica que en los próximos años América Latina deberá digitalizar sus infraestructuras, especialmente las eléctricas y de transporte, lo que permitirá ofrecer mejores servicios a sus ciudadanos y reducir las brechas de desarrollo actuales, sobre todo en comparación con las grandes economías.

Los cambios tecnológicos que se avecinan tienen el potencial de revolucionar los sectores de infraestructura, dice el informe. Por ello, es necesario que gobiernos y sector privado de América Latina adapten y aprovechen los beneficios que ofrecen las nuevas tecnologías para reducir las brechas de servicios existentes.

Efectivamente, las brechas son grandes si se comparan los países más desarrollados con los de la región. Pero aun dentro de la región hay diferencias. En la investigación hecha por la CAF sobre la existencia de medidores inteligentes de electricidad en hogares, la ciudad de Montevideo está en el primer sitio con 14 %, pero ciudades como Quito, Buenos Aires, Sao Paulo y Lima tienen apenas 2 %.

La CAF señala dentro de los problemas en el campo de la energía la calidad del servicio, con índices de interrupciones (en frecuencia y duración) que triplican los valores de Europa y duplican los de Estados Unidos. También se identifican deficiencias en la dimensión de pérdidas del sistema (duplicando los niveles de EE. UU., la Unión Europea y Australia). Mientras tanto, la composición de la matriz energética de los países latinoamericanos, donde la hidroelectricidad tiene una importante participación, permite que los costos no sean elevados.

Según el informe, en transporte urbano, la digitalización puede generar cambios en la forma de movilizar a las personas, de cobrar y pagar por los viajes, así como la integración tarifaria entre sistemas y medios de transporte. El informe ve potencialidad en diversas plataformas de servicios de transporte, así como en las aplicaciones para movilizarse en vías y rutas seguras y más eficientes.

Entre los principales cuellos de botella, la CAF destaca la falta de adaptación de las regulaciones a los nuevos formatos y usos tecnológicos, como la gestión de los datos o la convergencia entre sectores. Los esquemas regulatorios aún requieren de actualizaciones para incorporar las nuevas tecnologías.

La CAF asegura que una tarea clave del Estado en los sectores de infraestructura es supervisar que los entes reguladores presten la debida atención a la seguridad de la información individual y a los problemas de ciberseguridad y de resiliencia de los sistemas eléctrico y de transporte frente a ataques u otras eventualidades.

La entidad recordó que la infraestructura no solo tiene el potencial de contribuir al crecimiento de la economía y la competitividad de las empresas, la integración del espacio nacional y regional y la diversificación del tejido productivo, sino que también ayuda a la inclusión social y la protección del medioambiente, mejorando así la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras.

FUENTE: EL UNIVERSO (EC)

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