Los Juegos Olímpicos se acercan y el país nipón se prepara para una afluencia de 10 millones de turistas que necesitarán alojamiento. Y lo hacen de esta manera
Se trata de una imagen típica que forma parte del imaginario popular occidental: el hotel cápsula de Japón. Como Brandon Flowers se mostraba encerrado en uno de esos espacios para el videoclip de ‘Read my mind’, imaginamos pequeños ataúdes en los que meternos para descansar un poco y huir del apabullante ruido y las luces de Tokio. ¿Serán ellos, junto con esas casas-sarcófago de Hong Kong, el futuro que nos espera en un mundo capitalizado y repleto de gente?
Sería buena idea saberlo, en un país con 126 millones de habitantes que siempre ocupa los puestos más altos en los ránkings de turismo. Todo aquel que busque una excusa para visitar el país del sol naciente ya la tiene gracias a los próximos Juegos Olímpicos, pero, como suele suceder cuando nos alejamos de casa, el alojamiento es fundamental en estos casos. ¿Cómo escapar del mundanal ruido para dormir durante unas horas bajo un techo? ¿Habrá que recurrir a los Airbnb, a los antes mencionados hoteles cápsula? En realidad no. Japón se reinventa continuamente.
Experiencias
Todo gracias a los millennials. Si paseas por Ikebukuro, una parte del barrio de Toshima, una de las zonas más abarrotadas y entretenidas de Tokio junto con Harajuku o Shibuya, podrás encontrar un buen ejemplo de ese futuro que ya está aquí: se llama Book and Bed Tokyo, y aunque es un hotel, probablemente no te lo parecería. Se trata de un espacio donde puedes pasar la noche si quieres o, simplemente, relajarte un rato para leer y mezclarte con otros. Parece una simbiosis entre una cafetería y una librería, pero también tiene camas. El sector hotelero de Japón está en auge a pesar de Airbnb. Tokio se está preparando, al fin y al cabo, para una afluencia de 10 millones de visitantes en el próximo mes de julio.
El turismo en Japón proviene mayoritariamente los clientes extranjeros, sensibles a la moda, la comida, la música… en otras palabras, los millennials
Los millennials buscan nuevas experiencias, y si no, que se lo digan a los bosnios: hace poco tiempo se puso de moda pasar la noche en un hostal de Sarajevo, acribillado por la guerra. No hay camas ni almohadas, solo armas y dibujos en los que puede leerse la palabra ‘muerte’. Y los jóvenes van. «Decían que hay que estar loco para dormir aquí, pero yo solo le doy a los turistas lo que quieren», contaba en ‘New York Times’ el gerente, Arijan Kurbasic.
Si hay gente que puede pagar por dormir en un hotel abandonado, acribillado y sin camas, desde luego les parecerá un lujo el Henn-na Hotel de Nagasaki (Hotel extraño), que fue noticia debido a que se habían despedido a sus empleados robots después de que crearan más problemas de los que pudieran resolver (ni los robots están a salvo). O First Cabin, un hotel donde las habitaciones, al estilo de las cápsulas mencionadas anteriormente, se asemejan a asientos de avión en primera clase. «La mitad de los huéspedes son empresarios nacionales, la otra mitad, turistas extranjeros», contó el presidente de la compañía, Tadao Kimachi, a ‘BBC’.
¿Son las ideas peculiares y, en algunos casos, incluso ridículas, el verdadero progreso? Según los presidentes de varias compañías de hoteles, el verdadero target son «los clientes que provienen de países extranjeros y que son muy sensibles a la moda, la comida, la música… en otras palabras, los millennials». Y deben estar en lo cierto, pues en un informe de 2019 CBRE informó que el número de habitaciones de hotel en las nueve principales ciudades de Japón reservadas entre 2019 y 2021 aumentó 2.5 veces en un año.
Hoteles ecológicos, que pueden encontrarse en Instagram, con lavanderías comunitarias y espacios sociales con DJs y murales. «Es otro tipo de idea de los alojamientos, se consideran una experiencia, y para Japón esto no es algo nuevo», cuenta Maggie Rauch, analista en una agencia de investigación de viajes con sede en Nueva York. «Se ve claramente en dos tipos de alojamiento nacidos en el país hace mucho tiempo: los hoteles cápsula y los ryokan, posadas tradicionales que han existido durante cientos de años y son gestionadas por familias», cuenta. Estas últimas sirven para que se viva realmente la ‘full experience’, con tatamis en el suelo y sin llaves para cerrar la habitación.
Los japoneses utilizan el espacio disponible con sus hoteles cápsula y adaptan la tradición a la era moderna con sus posadas ryokan
Los hoteles modernos como First Cabin o Book and Bed buscan su inspiración justamente en estos lugares, y parecen estar funcionando, pues hasta ahora la industria hotelera de Japón se ha mantenido relativamente intacta por Airbnb debido a las estrictas medidas represivas del gobierno que en realidad se están aliviando desde hace relativamente poco tiempo. «Normalmente no me alojo en un hotel normal», cuenta Eri Betsui, de 34 años, y que ya ha cogido habitación en Book and Bed para pasar unas vacaciones en solitario. «Quiero quedarme en un lugar único, también es parte del viaje».
Según Rauch, la manera en la que Japón ha combatido eficazmente contra Airbnb y la forma en la que el país nipón usa el espacio y adapta la tradición para una era moderna es algo de lo que el resto de países deberían aprender para poder competir. Sobre todo, lo más importante, es que saben cuál es su público objetivo, ese al que le da igual visitar un hotel destrozado en Sarajevo o dormir en una cama junto a una estantería con libros con tal de vivir lo que de verdad buscan: una experiencia inolvidable, aunque no sabemos si es para bien o para mal.
FUENTE: DIARIO EL CONFIDENCIAL (ES)