Si las proteínas que comes son de estos alimentos, estarás más sano

Son esenciales para el buen funcionamiento del organismo y una de sus grandes ventajas es que son menos calóricas que las de origen animal. Aquí está el listado donde puedes encontrarlas

Independientemente de su origen, las proteínas son sumamente esenciales para nuestro organismo, por cuanto contribuyen a construir y reparar los músculos, los tejidos y otros órganos, e intervienen en numerosos procesos biológicos. Están integradas por aminoácidos, que son sus estructuras básicas, de los que necesitamos 20 para que el organismo funcione correctamente. El problema es que este únicamente es capaz de sintetizar la mitad -aminoácidos no esenciales-, mientras que los restantes -aminoácidos esenciales- debemos proveérselos a través de la dieta. Ambos los encontramos indistintamente en los alimentos de origen animal, como los huevos, la leche o el queso, y de origen vegetal, principalmente las verduras, las legumbres, los cereales y las frutas; si bien es cierto que los primeros son más completos y cubren mejor las necesidades nutricionales. De ahí que se las conozca como proteínas de alto valor biológico.

Asimismo, la mayoría de consumidores relacionan el concepto de proteína únicamente con la que procede de los animales, lo que conlleva un menor consumo de las vegetales. De hecho, el estudio ‘Distribución de macronutrientes y fuentes alimentarias en la población española: resultados obtenidos del estudio científico Anibes’, elaborado por la Fundación Española de la Nutrición, concluye que los españoles excedemos en un 30% la ingesta diaria recomendada de proteínas, donde la carne y sus derivados suponen un 33%. Según la Autoridad Española de Seguridad Alimentaria, un adulto necesitaría 0,83 gramos de proteína por kilo corporal. El problema no solo estriba en el exceso de cantidad, sino también en el origen animal, cuyo abuso provoca consecuencias nocivas para la salud como el incremento del colesterol y diferentes enfermedades cardiovasculares.

Alimentos ricos en proteínas vegetales

Por lo tanto, las proteínas de origen vegetal se perfilan necesarias y sumamente relevantes para nuestro organismo. Es cierto que muchos vegetales no proporcionan todos los aminoácidos esenciales o tienen cantidades discretas -aminoácidos limitantes-. Por ejemplo, las legumbres carecen de metionina y los cereales son deficitarios en lisina. Sin embargo, no hay que condenarlas al ostracismo, ya que consumiendo una adecuada combinación de ingredientes es posible ingerir proteínas de alta calidad que, además, son más sanas, menos calóricas y tienen un escaso contenido de grasas. Veamos cuáles son los alimentos más ricos en proteínas vegetales y cómo debemos combinarlos.

Soja. Es la reina de la proteína vegetal, tanto que se la denomina ‘carne vegetal’. Durante milenios, esta legumbre fue la principal fuente de proteínas en Oriente, pero hoy forma parte de la dieta de Occidente. Según la Fundación Española de la Nutrición, comporta 33 gramos de proteínas por cada 100 gramos de producto. Igualmente, derivados como el tofu, un producto hecho a base de cuajada de soja, y el tempeh, fermentado elaborado a partir de soja y hojas de plátano, regalan copiosas cantidades de este macronutriente. De hecho, son los más recurrentes a la hora de sustituir la carne.

Seitán. Oriundo de Asia, donde se consume desde hace años y de innumerables formas, es un preparado elaborado a partir del gluten del trigo. Además, es uno de los productos estrella de las dietas veganas y vegetarianas por su elevado contenido en proteínas vegetales, en concreto 24 gramos.

Garbanzos y lentejas. Los primeros comenzaron a cultivarse en época de Carlomagno, quien creía que tenían propiedades curativas, y hoy son una de las legumbres más arraigadas en nuestra gastronomía. No solo son una excelente fuente de energía y fibra, también de proteínas vegetales, en concreto 19.4 gramos. Por su parte, las lentejas, una legumbre básica de la dieta mediterránea y la estrella de los guisos, proporcionan igualmente generosas cantidades de proteínas: 24 gramos por cada 100 de producto.

Quinoa. Este pseudocereal puede presumir de superar en propiedades nutricionales a cualquiera de sus parientes. Además, atesora los ocho aminoácidos esenciales, por lo que se erige como una de las mejores fuentes de proteínas vegetales. De ahí que los aztecas y los mayas la bautizaran como el ‘grano madre’ y que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación la considere «un aliado en la lucha contra el hambre y la malnutrición en el mundo».

Semillas de chía. Originarias de México, Guatemala y Costa Rica, son uno de los superalimentos de moda. Y es que proporcionan más fibra que las legumbres, más ácidos grasos omega 3 que el pescado azul y, además, contienen copiosas cantidades de proteínas vegetales.

Frutos secos. Además de sus muchas virtudes nutricionales, entre las que se incluyen un alto contenido de grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas, minerales, fibra y antioxidantes, constituyen una excelente fuente de proteínas vegetales. Las almendras, las nueces y las avellanas son las más generosas.

Las combinaciones

Para crear proteínas completas y de alta calidad y así aprovechar al máximo sus beneficios nutricionales, es importante realizar combinaciones adecuadas, como las que proponemos a continuación:

Legumbres con cereales integrales

Lentejas con arroz
Garbanzos con pasta
Soja con verduras
Cuscús con garbanzos

Frutos secos y semillas con leches vegetales

Leche de avena con trigo y frutos secos
Leche de arroz con copos de arroz y frutos secos

Legumbres con frutos secos

Ensalada de lentejas con piñones
Garbanzos con nueces

Frutos secos, semillas y cereales integrales

Ensalada de arroz con nueces
Ensalada de pasta con frutos secos

Cereales integrales con leches vegetales

Arroz con frutos secos y bebida de soja
Avena con bebida de arroz y frutos secos

FUENTE: DIARIO EL CONFIDENCIAL (ES)

El genio que se hizo multimillonario con el coronavirus y tuvo que pedir perdón

Un hombre hecho a sí mismo persiguió un sueño durante años. Ahora, de manera inesperada, le ha llegado un éxito a nivel mundial por culpa de la pandemia

Corría el año 1989 cuando un joven universitario de 19 años comenzó a tener un sueño. Cada viernes cuando terminaba sus clases en la universidad de su natal Shandong (China), cogía un tren que, tras diez horas de trayecto, le llevaba hasta el domicilio de la que entonces era su novia. Tras pocas horas juntos, de nuevo el mismo desplazamiento de vuelta a su ciudad. Fue entonces cuando soñó un invento que, ahora, le ha hecho multimillonario.

¿Sería posible inventar una manera de comunicación a distancia sin la necesidad de tener que desplazarse físicamente? Tras terminar sus estudios de ingeniería en China, se casó con aquella chica y se marcharon a Japón, donde este joven comenzó a trabajar en el mundo de las telecomunicaciones. Pero, tras cuatro años, escuchó una charla de Bill Gates que le hizo tomar la decisión de su vida: marcharse a EEUU en busca de su sueño. Y así lo hizo Eric Yuan.

Eran mediados de los noventa y, con solo 27 años, aterrizó en Silicon Valley para trabajar en las compañías más potentes del mundo de las telecomunicaciones. Comenzó como programador en WebEX, empresa que años después fue adquirida por Cisco Systems, donde Yuan llegó a convertirse en vicepresidente de Ingeniería. Fue entonces cuando le planteó a sus superiores la idea de su vida: una aplicación para hacer videollamadas que funcionara en cualquier dispositivo.

Aquel sueño que tenía de joven en China y la experiencia en EEUU, le llevaron a pensar en algo novedoso. Hasta la fecha, solo se podían realizar videollamadas entre personas que tuvieran un dispositivo similar, pero la idea de Yuan iba más allá: una multiplataforma para estar en constante comunicación desde cualquier aparato que tuviéramos a mano. Sin embargo, Cisco rechazó la idea, ante lo que Yuan dejó la empresa y decidió fundar la suya propia: Zoom.

Tardó más tiempo de lo esperado en hacerla funcionar, pues fue complicado hallar inversores. Pero una vez se puso en marcha, se demostró que su idea era imparable, especialmente porque estaba enfocado al mundo empresarial, donde trabajadores de una misma compañía, con dispositivos diferentes, a millones de kilómetros de distancia, podían verse y trabajar de manera conjunta. En abril de 2019, debutaba en el Nasdaq con un éxito que parecía imparable.

Pero lo que ni el mismo Yuan esperaba era lo que estaba por venir. La pandemia del coronavirus ha provocado que miles de personas se queden confinadas en su casa para evitar que el contagio se propague y, por tanto, la única manera de comunicarse con amigos, famillia y trabajo sea a través de videollamadas. Ahí es donde Zoom tomó relevancia definitiva a nivel mundial, con un incremento exponencial de sus servicios que han convertido a Yuan en multimillonario.

A finales de 2019, Zoom tenía 10 millones de usuarios; a comienzos de abril, ya superaban los 300 millones en todo el mundo, una situación que habría hecho crecer la fortuna de Yuan en unos 3.700 millones de euros en estos cuatro meses de año. Casi nada. El hecho de que no haya que registrarse, que sea gratuito (para llamadas de menos de 40 minutos) y que hasta cien personas puedan conectarse a la vez le ha hecho, sin duda, el líder del mercado.

Polémica por su seguridad
Sin embargo, la llegada masiva de usuarios también trajo consigo algo desconocido hasta la fecha: hackers. Muchos usuarios reportaron haber sufrido intromisiones en sus llamadas, donde aparecían usuarios que no habían sido invitados y que, incluso, emitían contenido sensible como violencia o pornografía. Por ello, algunas empresas comenzaron a dudar de su seguridad e incluso la fiscal general de Nueva York envió un comunicado a Zoom para conocer qué tipo de seguridad tenían.

La empresa se vio obligada a emitir un comunicado, en el que reconocía no estar preparada para la llegada masiva de clientes, una situación que se transformó en problemas de privacidad y que terminó con el ‘mea culpa’ del propio Yuan: «Lo siento profundamente», aseguró el empresario en el informe público, en el que aseguraba que se habían puesto en marcha importantes medidas de seguridad para acabar con las instromisiones de los hackers y con las dudas generadas.

Solo unos días después, llegaban a Zoom nuevas medidas de seguridad que, a día de hoy, siguen implementándose. «Zoom aún puede no ser la plataforma ideal para políticos de alto rango que discuten asuntos delicados, pero para la gran mayoría de las personas no es una mala elección», afirma Graham Cluley, experto en ciberseguridad a ‘BBC’. Así nació Zoom y se convirtió en una aplicación de éxito siendo, a día de hoy, el sistema de videollamadas más utilizado del mundo.

FUENTE: DIARIO EL CONFIDENCIAL (ES)

Los sueños tienen un sentido: por qué se parecen a lo que haces durante el día

Has volado, se te han caído los dientes y has perdido los zapatos sin moverte de la cama. ¿Tu mente está tratando de decirte algo que aún no sabes?

Dientes que se caen, zapatos y ropa que desaparecen, lugares a los que intentamos llegar pero por unas causas u otras no logramos avanzar. Todas las culturas del mundo tienen una serie de sueños y pesadillas que se repiten, lo que incrementa aún más lo mágico y maravilloso que es el mundo onírico, ese lugar bello, misterioso, disparatado a veces y terrorífico en otras, al que todos podemos acudir independientemente de nuestra clase social cuando cerramos los ojos y dormimos.

Los sueños han llamado la atención de todo el mundo desde tiempos inmemoriales y son muchos los que han tratado de desentrañar sus mensajes con más o menos suerte. Los surrealistas como Dalí, Magritte o Chirico, por ejemplo, los plasmaban en cuadros llenos de referencias sexuales, manzanas y maniquíes abandonados en grandes explanadas. Tú, por tu parte, te preocupas cuando fantaseas que tienes relaciones con tu jefe, al que en realidad odias. ¿Pueden realmente los sueños revelar nuestros secretos más profundos?

Mundos oníricos
Si echas mano a la ‘Interpretación de los sueños’, de Sigmund Freud, probablemente tratarás de comprender ese sueño tan extraño que hizo que anoche te despertaras de golpe, con el corazón palpitando muy rápido: ¿significaba que has reprimido tus instintos sexuales o que andas estresado en el trabajo? Lo cierto es que los sueños pueden proporcionar información útil sobre nuestras vidas, pero a pesar de lo que Hollywood nos ha intentado hacer creer, no hay estudios que demuestren que pueden dejar al descubierto nuestro funcionamiento interno.

Los antiguos egipcios y mesopotámicos los veían como mensajes de los dioses. Los griegos y romanos los usaban para predecir el futuro
«Realmente no hay investigaciones que respalden ese punto de vista», explica en ‘Live Science’ la psicóloga e investigadora de sueños de la Facultad de Medicina de Harvard, Deirdre Barrett. «Ningún diccionario o intérprete de sueños puede decirte lo que realmente significa», explica. Y no somos los primeros en querer saber por qué soñamos con que volábamos, en realidad los humanos siempre han buscado significado en ese periodo que pasan durmiendo. Los antiguos mesopotámicos y egipcios los veían como mensajes de los dioses. Los griegos y los romanos los usaban para predecir el futuro. La creencia de que albergan verdades guardadas en nuestro interior que en realidad no conocemos se remontan a Freud a finales del siglo XIX y principios del XX. Propuso que los sueños funcionaban como una especie de cumplimiento de deseos ocultos, revelando así nuestros deseos más reprimidos.

«En las páginas que siguen, demostraré que existe una técnica psicológica que permite interpretar sueños, y que, si se aplica este procedimiento, todo sueño aparece como un producto psíquico provisto de sentido al que cabe asignar un puesto determinado dentro del ajetreo anímico de la vigilia», comienza el ensayo. Desde entonces, la ciencia ha avanzado bastante y sugiere que las cosas son un poco más sencillas o mundanas que aquello que Freud propuso. «Los sueños no esconden mensajes encriptados ni fantásticos. De hecho, suelen parecerse más a lo que piensas o haces durante el día de lo que te imaginabas», explica la psicóloga.

Durante los sueños, el ‘cóctel’ de productos químicos que hay en nuestro cerebro cambia

No obstante, eso no significa que los sueños no tengan sentido. Las últimas investigaciones sugieren que, mientras soñamos, en realidad solo estamos procesando los mismos intereses, recuerdos y preocupaciones que normalmente nos ocuparían el día. «Estamos teniendo fantasías ilusorias, pensando en amenazas y miedos, también en nuestros seres queridos», explica Barrett.

Por lo tanto, los sueños tienen un significado psicológico con extensiones de nuestros pensamientos y preocupaciones en el estado de vigilia, son narraciones frecuentes de nuestra vida cotidiana (aunque sucedan hechos extraños, como que tu madre se convierta en un pájaro gigante). Eso se debe a que nuestro cerebro funciona de manera muy diferente cuando estamos dormidos. Durante los sueños, el ‘cóctel’ de productos químicos que hay en nuestro cerebro cambia. Algunas porciones de nuestro cerebro se vuelven mucho menos activas; otras, más, como la corteza visual secundaria, encargada de formar imágenes, que es la que consigue que nuestras fantasías sean tan lúcidas.

Algunos psicólogos ven esto como una herramienta valiosa. Si bien el psicólogo y psicoanalista Karl Stukenberg de la Universidad Xavier en Cincinnati se muestra escéptico de que los sueños contengan símbolos intrínsecamente significativos o canalicen deseos reprimidos, utiliza ‘La interpretación de los sueños’ tanto con sus estudiantes como con sus pacientes. «Surge un diálogo entre las partes de la mente que funcionan en un sentido más simbólico y las que lo hacen de manera lógica», explica.

Ya sea porque has tenido alguna vez un sueño premonitorio o lúcido o porque, simplemente, crees que aquella vez en la que soñaste que ganarías la lotería significaba algo en relación con tus finanzas, lo cierto es que el mundo onírico todavía necesita mucha investigación para que realmente lleguemos a comprender la magnitud del mismo. Y no es un asunto baladí, teniendo en cuenta que pasamos al menos un tercio de nuestra vida entre los brazos de Morfeo.

FUENTE: DIARIO EL CONFIDENCIAL (ES)

El país más honesto del mundo

¿Qué lleva a que la mayoría de los objetos robados en Japón se devuelvan a sus dueños, a veces el mismo día? ¿Está en su cultura o en sus genes?

Cada vez que aparece en un medio de comunicación un nuevo caso de corrupción, alguien pretende ponerse el primero en una cola o, simplemente, llevarse un producto sin pagar de un hotel, todo el mundo suspira y achaca el problema a la picaresca española, tan arraigada en nuestros genes.

El subgénero estrella del Siglo de Oro sirve para explicar cómo se comporta toda una sociedad, presuntamente, de una manera poco honesta, y quizá por ello nos llaman tanto la atención pequeños detalles que observamos cuando viajamos a otros países. ¿Cómo puede ser que los canadienses presuman de no cerrar con llave sus puertas? El civismo sueco nos parece incomprensible, como si vinieran de otro mundo.

Sin duda los que se llevan la palma en cuanto a honestidad, son los japoneses. Para la mayoría (y no hace falta que seamos españoles), perder una billetera o un móvil es siempre un disgusto, sin embargo, según explican William Park y Johanna Airth en un reciente artículo de ‘BBC’, hay una ciudad del mundo donde es bastante probable que te reencuentres con aquello que se extravió: Tokio.

Los artículos perdidos del kōban
Y no es algo fácil, teniendo en cuenta que en la megalópolis japonesa, esa por donde personajes como los de ‘Lost in Traslation’ o el protagonista de ‘Tokio Blues’ de Murakami parecían perderse sin llegar nunca a encontrarse, conviven cerca de 14 millones de personas. Haciendo un cálculo rápido, millones de artículos se separan de sus dueños a lo largo del año, y, sin embargo, en 2018 la Policía Metropolitana de Tokio devolvió a sus propietarios el 83% de los teléfonos móviles extraviados y el 65% de las carteras. A menudo, el mismo día.

Si un niño japonés lleva dinero perdido a un oficial de policía, este se lo entregará de nuevo como recompensa. Es un acto simbólico
¿Tiene que ver con la forma de ser nipona? Lo cierto es que los oficiales ubicados en las pequeñas estaciones de policía de los vecindarios (kōban para los extranjeros), abundan en las ciudades. En Tokio, por ejemplo, hay 97 por cada 100 kilómetros cuadrados, en comparación con las tan solo 11 estaciones de policía en la misma distancia que se encuentran en Londres. Eso significa que nunca te encontrarás solo si necesitas ayuda.

Además, son amigables: regañan a los adolescentes que se portan mal o ayudan a los ancianos a cruzar la calle. De hecho son tan apreciados por los japoneses que fueron el tema central de una famosa serie de cómics conocida como ‘Kochikame’ (こち亀), en inglés ‘Tokyo Beat Cops’, una comedia de Osamu Akimoto que gira en torno a las desventuras de un policía de mediana edad llamado Kankichi Ryotsu. «Si un niño ve a un oficial de policía, le suele saludar, y para los ancianos que viven en los vecindarios son un alivio, pues suelen llamar a sus residencias para comprobar que se encuentran bien», cuenta el abogado Masahiro Tamura, también profesor de derecho en la Universidad de Kioto.

Pero más allá de eso, el hecho de devolver un objeto perdido es tan común como hacer colas silenciosas, no hablar por el teléfono en el tren o Shinkansen o no dar propinas (de hecho están mal vistas). Simplemente es algo que debe hacerse. Se alienta a los niños desde pequeños a entregar artículos perdidos al kōban, incluso si son pequeñas cantidades de dinero como diez yenes. «Se trata de un acto simbólico», cuenta Tamura. «El policía elabora un informe y la moneda se pone bajo custodia policial, pero como nadie denunciará, lo más probable es que se le devuelva al niño como recompensa. Sin embargo, hay una gran diferencia, si el chico se la hubiera quedado de primeras es un robo, así se trata de una recompensa».

«Es una enseñanza desde la escuela primaria», explica a El Confidencial Byron Baron Valero, fundador de Contacto Japón. «Se trata de un principio ético basado en la lógica de que si algo no es tuyo será de alguien, y, por tanto, es incorrecto y deshonroso quedárselo. Además, existe una ley que funciona de esta manera: aquel que devuelve un objeto perdido a su dueño tiene derecho a pedir hasta el 20% de recompensa si el dueño aparece. Pero en general, los japoneses dan por cumplido su deber moral devolviendo lo que encuentran sin pedir nada a cambio. En resumidas cuentas, se trata de una cuestión ética y moral».

El culpable es el budismo
Sin embargo, hay un dato curioso: los paraguas no suelen recuperarse con tanta facilidad como otros objetos mucho más valiosos. De los 338,000 entregados a la Oficina de objetos perdidos en Tokio en 2018, solo el 1% volvió con sus propietarios, y sorprendentemente la gran mayoría fueron reclamados, aunque realmente en las tiendas de conveniencia pueden encontrarse, y a un precio tan bajo, que da igual si los pierdes o no. «No tiene nada que ver con la honestidad», aseguran los periodistas de ‘BBC’. «De hecho, hace diez o 20 años era bastante normal que los médicos ocultaran el diagnóstico de sus pacientes y solo se lo decían a su familia directa», en otras palabras, como sucede en la trama de la reciente película ‘The Farewell’ (china, no japonesa), el enfermo no sabía que tenía cáncer, sin embargo este dato lo conocían todos sus familiares.

Esta supuesta honestidad nipona viene condicionadas por un miedo que deriva de las creencias budistas en la reencarnación

«Los occidentales se sorprenden al escucharlo, pero las motivaciones detrás de esta supuesta honestidad son mucho más complejas y están arraigadas en la sociedad japonesa. Están condicionadas por un miedo que deriva de las creencias budistas en la reencarnación. A pesar de que muchos ciudadanos nipones no se identifican con una religión organizada, sí que conservan las prácticas populares sintoístas y budistas, que hacen énfasis en la existencia espiritual más allá de la muerte», explican, algo parecido al famoso sentimiento de culpa, herencia ideológica judeocristiana, pero con un pero: mientras que nosotros como sociedad católica podemos confesarnos del mal que hagamos, los budistas no pueden.

Dos desgracias ocurridas en 2011 enseñan sobre la psique japonesa: durante el tsunami que azotó el país en 2011, muchas personas quedaron sin hogar, comida o agua. La gente se esforzó en ayudarse mutuamente, enseñando con ello el precepto budista de ‘gaman’, similar a la paciencia o la resistencia: piensa en los demás antes que en ti mismo. Fukushima dio muestras de otro fascinante comportamiento del ser humano: el concepto ‘hito no me’ (el ojo social): se produjeron robos cuando el área estuvo cerrada debido a la alta radiación, justamente porque no había nadie que pudiera ver que sucedieran.

La visión colectivista y de pertenencia al grupo asiática, frente al egoísmo occidental, es la que propicia que devuelvan los objetos robados

En términos generales, la conclusión quizá tenga que ver con nuestra manera de comportarnos frente al grupo: las personas en el este de Asia comparten rasgos colectivistas, priorizan a los demás y participan en comportamientos que benefician al grupo, igual que los suecos tienen grabada a fuego en la piel su ‘Ley de Jante’, que apela a un comportamiento típicamente escandinavo donde se piensa más en el grupo y se retrata negativamente la vanidad. Los occidentales, por otro lado, tienen rasgos más individualistas, a menudo motivados egoístamente. No se trata de cuál es mejor o peor, pues la visión colectivista y de pertenencia al grupo, exacerbada en exceso, podría explicar sociológicamente la multitud de suicidios en los países asiáticos.

Simplemente, es una manera de explicar la abundancia de agentes de policía y las tradiciones culturales que incitan a las personas a pensar primero en los demás a la hora de devolver un objeto robado. Siempre y cuando no sea un paraguas, claro.

FUENTE: DIARIO EL CONFIDENCIAL (ES)

Avengers: Endgame – el Capitán América casi fue la Gema del Alma y esta iba a ser la forma

Por mucho tiempo la Gema del Alma permaneció como todo un misterio, y es que en el transcurso de las películas del Universo Cinematográfico de Marvel escuchamos acerca de las Gemas del Poder, Realidad, Tiempo, Espacio y Mente, pero nunca vimos la Gema del Alma hasta que en Avengers: Infinity War se reveló que estaba en un planeta llamado Vormir donde era resguardada por Red Skull y que para conseguirla era necesario sacrificar a un ser amado para cambiar un alma por otra. Leer más

“La vida tiene que continuar”: cómo Suecia se enfrentó al virus sin un encierro

Ella estaba apoyada en su bastón, descansando brevemente entre docenas de jóvenes suecos radiantes, disfrutando de uno de los primeros días soleados de primavera del año.

“Estoy tratando de no acercarme demasiado a las personas”, dijo Birgit Lilja, de 82 años, explicando que tuvo que salir de casa para recoger una nueva identificación. “Pero les confío en que sean cuidadosos conmigo”.

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