Alumnos están interesados en una modalidad híbrida

Cuando Emilia, de 16 años, iba a diario al colegio antes de la pandemia llegaba a su casa pasadas las 15:00. Hacía tareas y pronto anochecía. No tenía tiempo para más actividades. La educación virtual cambió su rutina. Ahora, en los momentos libres que tiene durante la mañana, adelanta deberes. En la tarde practica danza árabe y ritmos latinos. Y toca el piano.

Emilia reconoce que extraña a sus amigos maestros. Sin embargo, considera que esta modalidad le permite cumplir con sus obligaciones a su ritmo. “Me resulta más fácil gestionar mi tiempo, puedo ser más independiente”.

Por eso, cuando se supere al covid-19, le gustaría acceder a una modalidad semipresencial, que le permita continuar con esa autonomía y socializar en el colegio.

Pablo Cazar es su profesor de Gestión Empresarial. Coincide en que retornar en un 100% a la antigua forma de educación sería retroceder lo avanzado. “El desafío es mayor ahora que en marzo del 2020”.

Por ejemplo, él quisiera que los chicos sigan subiendo las tareas a una aula virtual y no que las hagan, como antes, en un cuaderno, ya que tendría que llevárselos, calificar sus deberes y devolverlos.

También piensa en actividades didácticas que hicieron con herramientas en línea y que deberían combinar con la asistencia presencial. “Los chicos van a preferir tener una clase interactiva, con videos y juegos, en su casa, que sentarse a escucharnos en el aula”.

Cuando Emilia, de 16 años, iba a diario al colegio antes de la pandemia llegaba a su casa pasadas las 15:00. Hacía tareas y pronto anochecía. No tenía tiempo para más actividades. La educación virtual cambió su rutina. Ahora, en los momentos libres que tiene durante la mañana, adelanta deberes. En la tarde practica danza árabe y ritmos latinos. Y toca el piano.

Emilia reconoce que extraña a sus amigos maestros. Sin embargo, considera que esta modalidad le permite cumplir con sus obligaciones a su ritmo. “Me resulta más fácil gestionar mi tiempo, puedo ser más independiente”.

Por eso, cuando se supere al covid-19, le gustaría acceder a una modalidad semipresencial, que le permita continuar con esa autonomía y socializar en el colegio.

Pablo Cazar es su profesor de Gestión Empresarial. Coincide en que retornar en un 100% a la antigua forma de educación sería retroceder lo avanzado. “El desafío es mayor ahora que en marzo del 2020”.

Por ejemplo, él quisiera que los chicos sigan subiendo las tareas a una aula virtual y no que las hagan, como antes, en un cuaderno, ya que tendría que llevárselos, calificar sus deberes y devolverlos.

También piensa en actividades didácticas que hicieron con herramientas en línea y que deberían combinar con la asistencia presencial. “Los chicos van a preferir tener una clase interactiva, con videos y juegos, en su casa, que sentarse a escucharnos en el aula”.

FUENTE: EL COMERCIO (EC)

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