La posible apertura del mercado ecuatoriano a carne de cerdo de Brasil genera preocupación en el sector porcicultor nacional, que advierte sobre graves consecuencias económicas y sociales.
La Asociación de Porcicultores del Ecuador (ASPE) y la Asociación de Productores Pecuarios de El Oro (APPOR) emitieron este martes un pronunciamiento conjunto en el que expresan su “profunda preocupación” por el riesgo que representa para la producción nacional la posible importación de carne porcina desde Brasil, en el marco de recientes acuerdos bilaterales.
Según las organizaciones, esta medida podría desestabilizar uno de los sectores más dinámicos del agro ecuatoriano, afectando la soberanía alimentaria, el empleo rural y la sostenibilidad económica de cientos de pequeños y medianos productores.
Un sector estratégico en cifras
La porcicultura en Ecuador representa aproximadamente el 8 % del PIB agropecuario, genera más de 180.000 empleos directos y 200.000 indirectos. En los últimos 14 años, la producción de carne de cerdo creció un 134 %, alcanzando más de 220.000 toneladas en 2024, lo que ha permitido cubrir el 97 % del consumo interno con producción local.
A esto se suma un aumento sostenido en el consumo per cápita, que supera los 12 kg por habitante, posicionando a la carne porcina por encima de la carne de res en la dieta de los ecuatorianos.
Pese al crecimiento del sector, los productores nacionales enfrentan condiciones estructurales que los colocan en desventaja frente a la carne importada, advierten ASPE y APPOR.
Mientras que el precio del cerdo en pie en Brasil es de $1,41 por kilogramo, en Ecuador se sitúa en $2,23, lo que se atribuye principalmente al alto costo del maíz nacional, insumo clave en la alimentación porcina.
Las asociaciones sostienen que esta diferencia de precios podría abrir la puerta a una competencia desleal, erosionando la rentabilidad del sector ecuatoriano y desincentivando la inversión.
Las organizaciones advierten que permitir el ingreso de carne porcina brasileña sin medidas compensatorias “podría afectar miles de empleos rurales, comprometer inversiones productivas y fomentar el contrabando y el comercio informal”.
Llamado al Gobierno
ASPE y APPOR solicitan al Gobierno ecuatoriano que adopte una postura firme para proteger la producción local. En concreto, proponen:
Priorizar el abastecimiento interno en las decisiones comerciales.
Reforzar los controles fronterizos y del mercado frente a posibles prácticas desleales.
Promover políticas públicas orientadas a mejorar la competitividad del sector.
Crear espacios de diálogo técnico con los actores de la cadena porcina para evaluar impactos y definir estrategias conjuntas.
Defensa de la soberanía alimentaria
“El sector porcicultor no solo abastece al país, sino que es una fuente clave de desarrollo rural, innovación agroindustrial y empleo digno”, señalaron las asociaciones en su comunicado, en el que insisten en la necesidad de adoptar medidas responsables para garantizar un crecimiento sostenible que beneficie a toda la sociedad ecuatoriana.
Fuente: El Productor