Vitapro, una de las principales compañías dedicadas a la acuicultura en América Latina, está consolidando su transformación hacia un modelo de producción más sostenible, eficiente y respetuoso con el entorno. A través de acciones concretas en los países donde opera, la empresa ha logrado convertir la sostenibilidad en un eje transversal de su estrategia corporativa.
En Ecuador, reportó la recuperación y valorización de 2.783 toneladas de residuos durante 2024, incluyendo plásticos, cartón, madera, papel, chatarra y materia orgánica. Este resultado fue posible gracias a alianzas con gestores ambientales, organizaciones comunitarias e instituciones educativas, permitiendo, por ejemplo, transformar aceites usados en productos de limpieza y reutilizar materiales escolares.
En Chile, la compañía alcanzó el 100?% de reciclaje de empaques provenientes de materias primas, sumando 222 toneladas. Perú, por su parte, implementa un piloto para reutilizar envases en su planta de Trujillo y ha logrado valorizar todos sus residuos orgánicos. En Honduras, se fortalecen los sistemas de recolección junto a aliados estratégicos.
Objetivos definidos para 2025
Con el foco puesto en la economía circular, la empresa se ha trazado metas específicas de reciclaje para 2025:
Ecuador: reciclar el 50?% de sacos (54,8 toneladas).
Perú: alcanzar el 50?% de reciclaje (33,6 toneladas).
Honduras: llegar al 50?% de reciclaje (2,45 toneladas).
Chile: mantener el 100?% de reciclaje de empaques.
Además, la compañía trabaja en la reducción del gramaje de sus empaques, el uso de materiales reciclados, el diseño de envases biodegradables y el desarrollo de sistemas de recolección junto a sus clientes.
“Más allá del reciclaje”
“En Vitapro, entendemos que la sostenibilidad en la acuicultura depende de una gestión responsable de los recursos y residuos. Más allá del reciclaje, trabajamos en la revalorización, reincorporando materiales a nuestra cadena de valor y reduciendo su impacto”, señaló María Alejandra Rivera, Gerente de Asuntos Corporativos de la compañía.
La empresa ha implementado un modelo replicable que integra el desarrollo económico, social y ambiental, generando beneficios directos para las comunidades donde opera. Esto incluye educación ambiental, fortalecimiento de economías locales y menor presión sobre los sistemas de disposición final.
Rumbo a 2030: eficiencia e innovación
De cara al 2030, se proyecta consolidar un modelo de acuicultura basado en la trazabilidad, la eficiencia de recursos y la reducción del impacto ambiental. Su apuesta por la economía circular y la innovación refuerza su liderazgo en sostenibilidad dentro del sector, al tiempo que responde a las crecientes demandas ambientales y sociales del mercado.
Fuente: El Productor