La inflación anual en Estados Unidos (EE.UU.) se encuentra en niveles no vistos desde hace cuatro décadas. Actualmente está en 8,3%, impulsada principalmente por el aumento de precios en alojamiento, alimentación, tarifas aéreas y vehículos nuevos.
Por ejemplo, el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas ha subido 9% el último año; y la gasolina, un 43,6%, lo cual llevó a la Reserva Federal de EE.UU., el equivalente al Banco Central, a aumentar las tasas de interés.
Un encarecimiento de los créditos reduce el consumo, la demanda baja y se reduce la inflación.
Lo que ocurra en Estados Unidos tiene efectos en Ecuador, ya que se trata del principal socio comercial. Solo entre enero y febrero de este año, el país exportó en producto no petroleros USD 969 millones a ese destino, entre camarón, banano, flores y más. Asimismo, importó USD 446 millones, entre aceites, plástico, abonos, entre otros, según el Banco Central.
Simón Cueva, ministro de Economía y Finanzas, señaló que la alta inflación de otros países frente la ecuatoriana, que está en 2,9% anual, mejora la competitividad de los productos nacionales.
Sin embargo, los países vecinos también pueden dejar que sus monedas se deprecien o subir las tasas de interés para contrarrestar la inflación, mientras que Ecuador, al estar dolarizado, no puede hacer nada con el tipo de cambio.
La Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor) señaló que el panorama no es alentador para el Ecuador. Al incrementarse las tasas de interés, por ejemplo, el dólar se hace más fuerte y la oferta exportable del Ecuador pierde competitividad en los mercados de destino.
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